miércoles, 2 de diciembre de 2015

Por mucho.

Tú te me quedas.
Por muchos que sean los meses, y los días, y las horas.
Por muchas que sean las no sonrisas, los no saludos, las no palabras.
Por mucho que sea otoño, y haga frío, y mis huesos no te quieran.

Aunque todo esté bien y en su sitio,
como antes de la nada que trajiste de la mano.

Aunque las hojas caigan, y caigan los días,
y con ellos tu ausencia.

Tú te me quedas.
Ahí, en la espalda,
donde no puedo verte
pero todavía me pesas.

Ahí, con tus ojos,
siempre pendientes,
con el alma tan ciega.





Nar

jueves, 5 de noviembre de 2015

Una naranja.

Si fueses una pera
Te seguiría queriendo,
Incluso aunque al final
Resultases ser una naranja.











Nar

domingo, 30 de agosto de 2015

Ilesos.

Siempre fueron niños buenos. Buenos y felices. Con sonrisas amplias y carcajadas limpias. Por eso tienen tanto miedo a las líneas rojas. Saben que una vez se traspasan, puede que se diluya el camino de vuelta.

Lo tuvieron, lo tienen todo y les ciega el temor a perderlo.

Siempre fueron niños buenos. Caminan, saltan, juegan cerca del límite, pero nunca han visto el fuego.






domingo, 16 de agosto de 2015

Cristal.

¿Recuerdas todo aquello que te dije?
Haz el esfuerzo. Traelo de vuelta.
Porque todo era verdad. Tan verdad como las paredes de mi cuarto.
Tan verdad como que la acera se moja cuando llueve.
¿Sabes? Todo era verdad. Y puede que aún lo siga siendo.
Y quiero, joder, quiero que lo escuches otra vez en tu cabeza.
Que lo saques de donde quiera que lo enterrases
Y que esta vez lo guardes en esa cajita de cristal para recuerdos intocables.
Donde guardamos todo lo que no va a volver.
Todo lo que sólo podemos conformarnos con mirar desde fuera.
Sin volver a acariciarlo.
Sin tocarlo.
Si quiera.


Nar.




"Nada me asusta más que pensar
Que quizá solo existieras en mi cabeza." -Elvira Sastre.

Dibujo: Egon Schiele

jueves, 13 de agosto de 2015

DIVA

Me preocupa la asiduidad con que últimamente escucho a la gente decir de algunas mujeres que son "divas". Yo entiendo como tal a alguien que se piensa por encima del resto por poseer ciertas características positivas. Y tengo que decir que no sólo hay divas, sino divos también.

Lo que aquí me escama es que todas las veces que oído a alguien llamárselo  (siempre a sus espaldas) a otra persona (siempre a una mujer), la susodicha no encajaba en absoluto con la descripción anterior. Cabe destacar también que todas las veces, el encargado de otorgar dicha calificación, era un hombre.

Y es que resulta que ahora una mujer segura de sí misma, que conoce sus virtudes, tanto intelectuales como físicas, y las potencia o hace gala de ellas en su beneficio y sin hacer daño a nadie, es una "diva". Una mujer que se sabe inteligente y lo demuestra; una mujer que se sabe bella y lo disfruta, es una "diva".

Es evidente que la utilización de este nombre a la hora de referirse a alguien, tiene connotaciones negativas. Eres una "diva", eres una creida, una soberbia,  una engreída.

Cada vez que oigo a alguien hacer referencia a una mujer como "diva", algo se me remueve por dentro, algo que me inquieta. Se me viene a la cabeza esa presión social (para algunos por lo visto imperceptible) que dictamina que una mujer tiene que ser extremadamente humilde. Que tiene que esperar a que alguien le diga que es guapa para empezar a confiar en su belleza.

Te dicen "diva" como reprochándote que destaques y que brilles por ti misma, sin necesidad de que venga nadie a decirte que puedes hacerlo. Te dicen "diva" porque parece ser que les molesta que seas consciente de tu fortaleza. Les choca, porque ésta sociedad les ha enseñado que una mujer tiene que ser débil, o al menos parecerlo para que así pueda venir alguien a salvarla.






miércoles, 29 de julio de 2015

Completamente.

A veces lo dividimos todo en lo que necesitamos y lo que queremos.

Y yo no te necesito en absoluto.







jueves, 16 de julio de 2015

No tengo tiempo.

No tengo tiempo para quedarme quieta. En el mismo sitio. Siempre.
No tengo tiempo para no hacer nada. Para aburrirme. Para dejarlo para otro momento.
No tengo tiempo para negarme a mí misma. Para mirarme al espejo y despreciar mi cuerpo. Para sentirme mal por no ser perfecta.

Para ser excesivamente realista y dejar de soñar.
Para olvidar todo lo que me ha hecho feliz aunque su ausencia ahora duela un poco.
Tampoco me dan los minutos para dejar de hacer lo que me gusta y enamorarme una y otra vez de ello.
O para rechazar la posibilidad, por diminuta que sea.

No me da tiempo a irme sin avisarte.
A enfadarme, porque todo podría ser de otra manera.
No tengo tiempo para no decir lo que pienso. Para no demostrar lo que siento.
Para sentirme vencida y desfallecer. A estas alturas...

No me dan las horas para dejar de aprender.
Ni para entristecerme por las "últimas veces que".
Pero para lo demás. Para todo lo bueno.
Para todo lo bonito. Para eso tengo todo el oro del mundo.