Me preocupa la asiduidad con que últimamente escucho a la gente decir de algunas mujeres que son "divas". Yo entiendo como tal a alguien que se piensa por encima del resto por poseer ciertas características positivas. Y tengo que decir que no sólo hay divas, sino divos también.
Lo que aquí me escama es que todas las veces que oído a alguien llamárselo (siempre a sus espaldas) a otra persona (siempre a una mujer), la susodicha no encajaba en absoluto con la descripción anterior. Cabe destacar también que todas las veces, el encargado de otorgar dicha calificación, era un hombre.
Y es que resulta que ahora una mujer segura de sí misma, que conoce sus virtudes, tanto intelectuales como físicas, y las potencia o hace gala de ellas en su beneficio y sin hacer daño a nadie, es una "diva". Una mujer que se sabe inteligente y lo demuestra; una mujer que se sabe bella y lo disfruta, es una "diva".
Es evidente que la utilización de este nombre a la hora de referirse a alguien, tiene connotaciones negativas. Eres una "diva", eres una creida, una soberbia, una engreída.
Cada vez que oigo a alguien hacer referencia a una mujer como "diva", algo se me remueve por dentro, algo que me inquieta. Se me viene a la cabeza esa presión social (para algunos por lo visto imperceptible) que dictamina que una mujer tiene que ser extremadamente humilde. Que tiene que esperar a que alguien le diga que es guapa para empezar a confiar en su belleza.
Te dicen "diva" como reprochándote que destaques y que brilles por ti misma, sin necesidad de que venga nadie a decirte que puedes hacerlo. Te dicen "diva" porque parece ser que les molesta que seas consciente de tu fortaleza. Les choca, porque ésta sociedad les ha enseñado que una mujer tiene que ser débil, o al menos parecerlo para que así pueda venir alguien a salvarla.